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La dehesa es un ecosistema único en la península ibérica, caracterizado por su combinación de bosques de encinas y alcornoques, pastizales y una rica biodiversidad. Este entorno no solo es esencial para la cría del cerdo ibérico, sino que también alberga una gran variedad de especies animales y vegetales. Entre ellas, destaca la importancia de las abejas, que es crucial y que, a menudo, pasa desapercibida.
Las abejas son polinizadoras por excelencia. Su labor consiste en transferir polen de una flor a otra, facilitando la reproducción de las plantas. Este proceso es fundamental para mantener la diversidad vegetal de la dehesa, ya que muchas especies dependen de la polinización para reproducirse. Sin la acción de las abejas, la regeneración natural de la vegetación se vería comprometida, afectando a todo el ecosistema.
El cerdo ibérico se alimenta principalmente de bellotas durante la montanera, pero también consume hierbas y raíces presentes en la dehesa. La diversidad y calidad de estas plantas están directamente relacionadas con la actividad polinizadora de las abejas. Una vegetación rica y variada no solo proporciona una dieta equilibrada para los cerdos, sino que también influye en la calidad de la carne y, por ende, en los productos ibéricos que se elaboran.
La importancia de las abejas en la dehesa va más allá, pues contribuyen al equilibrio ecológico de la zona al mantener la diversidad de especies vegetales. Esta diversidad es esencial para sustentar a otras especies animales, incluyendo aves, reptiles y mamíferos. Además, las plantas polinizadas por abejas ayudan a prevenir la erosión del suelo y a mantener la calidad del aire y del agua.
La encina es el pilar fundamental de la dehesa. Su salud y vigor dependen de un suelo fértil, biodiverso y bien equilibrado, donde los procesos naturales de polinización y regeneración vegetal —como los que favorecen las abejas— son constantes. Cuando una encina está bien nutrida y recibe suficientes recursos hídricos y biológicos, produce bellotas más abundantes, de mayor calidad y con un perfil lipídico más rico en ácido oleico.
Este ácido graso monoinsaturado es esencial en la alimentación del cerdo ibérico de bellota, ya que favorece una mejor infiltración grasa, dando lugar a jamones con un veteado perfecto, textura sedosa y sabor suave, persistente y equilibrado. La calidad de la bellota, directamente influida por la salud del ecosistema, marca la diferencia entre un buen jamón y uno verdaderamente excepcional.
El cerdo ibérico no solo se alimenta en la dehesa: vive en ella, se mueve en ella, y se transforma con ella. Un entorno biodiverso, rico en especies vegetales y equilibrado ecológicamente, garantiza no solo una dieta variada y rica en nutrientes, sino también un comportamiento más activo del animal.
Este movimiento constante durante la montanera favorece el desarrollo muscular y un engorde natural y saludable, lo que se traduce, como hemos mencionado anteriormente, en una grasa intramuscular de mayor calidad, con mejor fusión en boca, aromas complejos y una textura inconfundible. Así, cada loncha de jamón ibérico de bellota es el resultado no solo de una tradición centenaria, sino también de un ecosistema sano y bien gestionado.
A pesar de su importancia, las abejas enfrentan numerosas amenazas, como el uso de pesticidas, la pérdida de hábitats y el cambio climático. Estas amenazas pueden tener consecuencias devastadoras para la dehesa y para la producción de productos ibéricos de calidad. Por ello, es fundamental implementar prácticas agrícolas sostenibles y promover la conservación de las abejas en estos ecosistemas.
En 2014, un informe de Greenpeace estimó que la polinización por insectos generaba más de 2.400 millones de euros anuales para los principales cultivos destinados al consumo humano en España (en 2011). Esta cifra suponía entonces el 11,1% de la facturación en origen de dichos cultivos, lo que demuestra de forma clara la magnitud del aporte de las abejas al sector agroalimentario nacional.
Este dato, aunque revelador, nos plantea una cuestión inevitable: ¿cómo habrá evolucionado esta cifra en los últimos años? A día de hoy, no existen estudios oficiales que actualicen estos valores económicos con datos recientes. En un contexto marcado por el cambio climático, la intensificación agrícola y la pérdida progresiva de biodiversidad, es imprescindible contar con investigaciones actualizadas que permitan entender el impacto real que estos factores han tenido en los polinizadores y, por tanto, en nuestra agricultura.
Desde nuestra visión como productores comprometidos con la dehesa y su equilibrio natural, consideramos interesante que tanto instituciones públicas como privadas retomen este análisis y ofrezcan datos actualizados. Comprender cómo ha influido el paso del tiempo en el papel económico y ecológico de las abejas es vital para diseñar políticas sostenibles y proteger los sabores únicos que nos ofrece este ecosistema singular.
La presencia de abejas en la dehesa es fundamental para mantener la biodiversidad y garantizar la calidad de los productos ibéricos. Su labor como polinizadoras sostiene el equilibrio ecológico y contribuye directamente a la alimentación del cerdo ibérico.
En este contexto, es fundamental promover prácticas agrícolas sostenibles y apoyar iniciativas que protejan a estos polinizadores esenciales. Al consumir productos que respetan el equilibrio natural de la dehesa, como los embutidos ibéricos de Nieto Martín, contribuyes a la conservación de este ecosistema único y al bienestar de las abejas.
Descubre el sabor auténtico de la dehesa y apoya la sostenibilidad. Visita nuestra tienda online y elige productos que reflejan nuestro compromiso con la calidad y el medio ambiente.
En Nieto Martín, con más de un siglo de tradición familiar en la producción de embutidos ibéricos, reconocemos y valoramos la importancia de las abejas en este ecosistema único. Estamos comprometidos con la calidad y la sostenibilidad, ofreciendo productos que reflejan el sabor y la riqueza de nuestra tierra.