Este alimento, muchas veces demonizado, en realidad puede formar parte de una dieta sana y equilibrada sin ningún problema. Para que tú lo incluyas en algunas de tus recetas, hoy te queremos contar cómo cocinar panceta para que disfrutes de su sabor, ya sea en platos tradicionales, en algunos muy rápidos de hacer e incluso otros que gustan a niños y mayores. 

Eso sí, recuerda que para que los platos queden lo más sabrosos posible, es necesario que te hagas con productos de la mejor calidad. Por suerte, en Nieto Martín tenemos panceta ibérica deliciosa, fruto de nuestra experiencia, e incluso, si quieres, también disponemos de panceta ibérica adobada por si deseas disfrutar de ambas versiones. Ahora, vamos a ver algunas recetas donde puedes incorporar este rico producto típico de la gastronomía española.

Cómo cocinar panceta: recetas para chuparse los dedos

1. Patatas meneás

Como no podía ser de otra manera, empezamos por un plato típico de nuestra tierra, las patatas meneás, que en otros lugares también se conoce como patatas revolconas. Son muy sencillas de realizar y constituyen una comida completa, deliciosa y llena de sabor. Aunque muchos te dirán que se hace con torreznos, puedes usar panceta si te gusta más, pues con la mezcla del tocino con la beta de carne encontrarás muchos matices deliciosos.

Ingredientes:

  • 4/5 patatas, dependiendo del tamaño (500 g aprox.)
  • Aceite de girasol y aceite de oliva
  • 1 hoja de laurel
  • Sal
  • 2 dientes de ajo
  • Pimentón de la Vera dulce y, si te gusta, también picante

 

Preparación:

  • Lava bien las patatas y cuécelas con su piel en agua con dos pizcas de sal y las hojas de laurel. Recuerda pincharlas si quieres que cuezan antes. Cuando estén blanditas por dentro, podrás retirarlas.
  • Escúrrelas, pélalas y realiza el pure, pero no tiene que quedar una textura suelta (como el típico puré que hacemos con leche). En este se tienen que notar trocitos de patata. 
  • Mientras, pela los ajos y pon a calentar un par de cucharadas de aceite de oliva en la sartén. Dora los ajos en ese aceite, cuando estén listos, retíralos.
  • En ese mismo aceite caliente, vas a bajar el fuego al mínimo y a poner una cucharada de pimentón de la Vera dulce y, si te gusta, media de picante, no dejes de remover para que no se queme, pero se mezcle bien con el aceite. (Puedes variar las cantidades de pimentón al gusto en función de lo que te apetezca, pero si las dejas muy picantes matarás el sabor del resto de ingredientes).
  • Cuando tengas compuesto ya tu pimentón con el aceite, incorpóralo a las patatas y remueve para que todo se mezcle y estas tengan un delicioso tono rojizo.
  • Ahora es el momento de saber cómo cocinar panceta: córtala en trozos justos como para poder comerla de un bocado, con piel y todo, fríela en una buena cantidad de aceite hasta que esté doraba y su piel crujiente. 
  • Sácala cuando esté lista, pero deja que escurra el aceite antes de incorporarla a las patatas para que no queden muy grasientas y, ¡listo! 

 

2. Pechugas rellenas

Esta receta es sencilla y deliciosa, combina a la perfección la textura del pollo con los sabores de la panceta. 

Ingredientes:

  • 4 pechugas de pollo
  • 100 g de panceta que debes cortar en láminas
  • 100 g de queso (gouda es nuestro favorito para esta receta)
  • Espinacas frescas
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva

 

Preparación:

  • Abre las pechugas de pollo en forma de libro, haciéndoles un corte sin llegar a separarlas completamente y sazona con sal y pimienta.
  • Coloca unas hojas de espinaca, tiras de panceta y queso en el interior de cada pechuga.
  • Cierra las pechugas y asegúralas con palillos o hilo de cocina.
  • Calienta un poco de aceite de oliva en una sartén y dora las pechugas por ambos lados.
  • Pasa las pechugas a una bandeja para hornear y hornea a 180°C durante 20-25 minutos, hasta que estén completamente cocidas.
  • Retira los palillos o el hilo y sirve caliente, acompañado de una ensalada o vegetales asados.

 

3. Revuelto de champiñones, ajetes y panceta

Para esos días en los que te apetece disfrutar de algo sabroso, pero no te apetece nada de nada cocinar, este consejo sobre cómo cocinar panceta puede salvarte.

Ingredientes:

  • 150 g de panceta
  • 200 g de champiñones
  • 1 manojo de ajetes (ajos tiernos)
  • 4 huevos
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta

 

Preparación:

  • Corta la panceta en trozos pequeños.
  • Limpia y corta los champiñones en láminas, o si la pereza te invade, cómpralos cortados.
  • Lava y corta los ajetes en trozos.
  • Fríe la panceta en una sartén hasta que esté dorada y crujiente. Retira y reserva.
  • En la misma sartén, añade un poco de aceite si es necesario y saltea los champiñones hasta que estén tiernos.
  • Añade los ajetes y cocina por unos minutos más.
  • Bate los huevos en un bol y sazona con sal y pimienta.
  • Vierte los huevos batidos en la sartén con los champiñones y ajetes, y cocina a fuego medio, removiendo constantemente.
  • Añade la panceta y mezcla bien.

 

4. Pizza de panceta

Hacer pizza en casa también es una manera genial de contentar a los peques o disponer de una cena o comida rápida, sin mucho esfuerzo y sin fregar mucho, vamos a ver cómo cocinar panceta puede ayudarnos a tener una pizza deliciosa.

Ingredientes:

  • Masa de pizza (puede ser casera o comprada)
  • 200 g de panceta en tiras
  • 200 g de mozzarella rallada
  • 1/2 taza de salsa de tomate
  • 1 cebolla roja, en rodajas finas
  • Orégano seco
  • Aceite de oliva

 

Preparación:

  • Extiende la masa de pizza en una bandeja para hornear ligeramente enharinada.
  • Esparce la salsa de tomate sobre la masa.
  • Distribuye la mozzarella rallada de manera uniforme.
  • Coloca las tiras de panceta y las rodajas de cebolla roja sobre la pizza.
  • Espolvorea con orégano seco y rocía un poco de aceite de oliva.
  • Precalienta el horno a 220°C.
  • Hornea la pizza durante 15-20 minutos, o hasta que la masa esté dorada y el queso burbujeante.

Como ves, hay un montón de recetas en las que puedes integrar la panceta, aunque también está deliciosa en barbacoa, en un buen plato de migas, sustituyendo al guanciale en un plato de pasta (con permiso de los lectores italianos) y en un montón de platos más. ¿Cuál es tu favorito?